Hace mucho que no escribo, mi transformación y aprendizaje
han sido tan veloces que me han detenido. Me cuestiono, me cuestiono muchas
cosas, no se si es sano o no, pero necesito hacerlo. No estoy mal. He dado
mucho pasos en la dirección que mi corazón me pedía, eso es bueno. Pero cuando
la transformación es tan fundamental, siempre da un poco de miedo.
Hay días en los que lo mejor que podemos hacer es sentarnos y
escribir. La palabras fluyen con una velocidad pasmosa, las ideas se acomodan y
el tiempo se detiene. Sólo es ahora, en este momento, ahora.
Pasar de la velocidad, a la quietud, es un paso que ya había
dado pero a la inversa…Y créeme te mueve por completo, da igual en el orden que
sea.
No hay formulas, no hay esquemas. Cuando creíamos que
habíamos encontrados algunas respuestas, algo sucede y volvemos a empezar de
cero. No hay enseñanzas validas, más que reformularse, darse cuenta, mirarse,
estar alerta… Tener sin retener, es lo que ronda en mi cabeza.