martes, 31 de marzo de 2015

El ejercicio de ser agradecido.


Siempre tenemos algo de lo que estar agradecidos y sin embargo muchas veces decidimos centrarnos en la queja; es una posición mas cómoda o se trata simplemente de que no hemos aprendido a ser agradecidos?



 Después de un mes de grandes cambios, de dejar el viejo continente, mi ciudad durante los últimos nueve años, de volver a mi país natal e intentar empezar de nuevo aquí y establecerme, si de algo estoy segura es que tanto allí (en Europa) como aquí (En América), a pesar de todas las diferencias y también de las similitudes la gente tiene muchísimos motivos para estar agradecida, pero muchas veces parece que desconocemos los motivos o, mejor dicho, no somos del todo conscientes. Creo que esto se debe a que hemos aprendido a ser agradecidos como parte de una respuesta automática, no como una respuesta creativa.
Esperamos alcanzar metas externas para sentirnos satisfechos. El ser agradecido esta estrechamente ligado a sentirnos satisfechos, y la satisfacción es algo que encontramos cuando decidimos aprobarnos, cuando decimos creer en nosotros mismo y valorarnos internamente. Tiene mucho que ver, también, con ser conscientes, con saber observar y saborear los detalles de la vida. Pero difícilmente podremos permitirnos saborear nada, si antes no hemos tomamos la decisión de aprobarnos.

 La queja complica y nos carga. El ser agradecido nos libera. Se trata de ver el medio vaso lleno. Se trata de ejercitarnos para sentirnos más libres, y por tanto más felices. Se trata de buscar los pequeños detalles que hacen la diferencia.

A caso no tienes motivos para ser agradecido? 
Hoy propongo que nos centremos en todas esas cosas por las cuales podemos sentirnos agradecidos y  demos lugar a que produzca el pequeño homenaje de la gratitud.

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