A veces nos toca despedirnos, algunos practicamos esto más a
menudo, otros con menos intensidad, pero a lo largo de la vida muchas veces
tenemos que despedirnos de cosas materiales, situaciones y también personas,
por decisión propia o porque las circunstancias así nos lo piden. Creo que las
despedidas están estrechamente ligadas a los apegos, o mejor dicho la manera de
vivirlas tiene mucho que ver con los apegos.
Ser capaces de soltar, nos hace más libres, nos abre a
nuevas posibilidades. Vivimos bajo un paradigma de retención y acumulación a todos
los niveles (no solo en lo material), por tanto las despedidas normalmente se
ven como una perdida, como algo doloroso. Tenemos la sensación o la creencia de
que para ser felices, o más felices, necesitamos de algo externo, un trabajo
que me da cierto estatus, ciertas personas, cosas materiales varias, y miles de
cosas más, esta creencia nos limita. Veo sano que nos emocionemos por
reencontrarnos o por los momentos felices compartidos, pero por sobretodo veo
sana la independencia que nos brinda el desapego.
La clave como siempre está en el enfoque: Enfocarnos en ver nuestra vida y lo que nos ocurre como parte de un
proceso que fluye, o como algo estático que quiero retener y mantener fijo.
Despedirnos tiene que ver con abrirnos a todo lo nuevo que está por llegarnos, y si es con
confianza y sin miedos, más fácil aún.
Porque como me gusta decir la vida es un viaje a nosotros
mismos, y mientras más experimentemos más podremos conocernos.
Ahora mismo a mi me toca despedirme de una gran etapa en mi
vida, de cosas materiales, de situaciones, lugares y por supuesto también de
todas las personas que formaron y seguirán formando parte, pero ahora sí de una
nueva etapa. Despido este ciclo llena, pero a la vez vacía, lista para volver a
llenarme de muchas nuevas experiencias, personas, situaciones y lugares.
que hermoso Dia y que sabio.... que la vida te permita siempre saber vaciarte para poder llenarte de cosas nuevas..... te amo hija intensamente.
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