Últimamente escucho mucho el concepto de fluir y dejarse
llevar, y la verdad es que todo sería más fácil si confiáramos más y nos
dejásemos llevar por lo que sentimos. Pero creo, que este concepto muchas
veces se confunde, por eso insisto en la importancia de ir contra
corriente, de plantearnos nuestras propias revoluciones personales, de dejarnos llevar sólo por elección.
Dejarse llevar esta muy bien si tenemos claro lo que
queremos; entonces a partir de tomar ciertas decisiones y de provocar ciertos
cambios que nos conducen a lo que deseamos, en ese momento soltamos, ya no
oponemos resistencia, nos abrimos a recibir lo que nos toca…Fluimos.
Sin embargo, dejarse llevar por la masa, por la norma, borra
el añadido de la elección. Y es aquí
cuando se manifiesta la diferencia. En el primer caso decidimos, en el segundo deciden por nosotros, en ambos nos dejamos llevar, pero la acción de dejarse llevar es bien diferente, incluso opuesta.