Llevo unos días pensando en esto de las normas… Seguir las
normas es ser normal?
Y si en lugar de preocuparnos por ser “normales” empezamos a
ser más nosotros, más conscientes, más enteros, más lo que nos gusta, más
creativos. En otro post hablaba sobre nuestro poder ilimitado como seres inteligentes y creadores de nuestra
propia vida, como seres libres que somos. Creo que lograr esta libertad en
parte tiene que ver con saber romper con ciertas normas, con ciertos
condicionamientos sociales que no tienen ningún valor real. Arriesgarnos a ser
diferentes, permitírnoslo. No hay nada malo en ello. Se trata de no
desperdiciar nuestro potencial. Somos seres únicos, hagamos que valga!
Pero lo cierto es que veo (y oigo): Mucha replica. Mucho
talento desaprovechado. Mucho lo hago por que es lo que toca. Mucho no me gusta
pero es lo que hay. Mucho no me hace feliz pero lo necesito.
Me lo dijo, ya hace muchos años, una amiga muy sabia: La
clave está en con-formarnos (tomar
nuestra forma), NO en conformarnos.
Y si nos mimamos más y nos obligamos menos?
Y si cambiamos el prisma?
No necesito NADA de lo que no me hace feliz.
Necesito TODO lo que me hace pleno.
Y si empezamos a alejarnos de lo que no nos hace bien?
Se trata de que los condicionamientos sociales no opaquen nuestro
brillo.
Se trata simplemente de querernos más, ser más originales
(menos copia).
Se trata de ser menos “normales”.
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