*Según la real academia de la lengua empatía significa:
Es difícil ser empático en nuestra sociedad, sencillamente no
nos lo enseñan, de hecho muchas veces se considera un síntoma de debilidad.
Y yo me pregunto por qué? ¿No crees que nos ayudaría a crecer
como individuos y como sociedad si, desde pequeños, nos enseñaran a
identificarnos un poco más con el otro?
Nuestra educación en cambio fomenta la competitividad, importa más quien saca la mejor nota, quién lo hace mejor (¿Mejor dependiendo de qué o de quién?). Cuando somos mayores, como lo tenemos muy interiorizado, trasladamos esta fórmula al mercado laboral y a casi todos los ámbitos de nuestra vida. Competimos con nuestro vecino a ver quién tiene una casa más bonita, quien tiene los hijos más guapos y más listos, y una larguísima lista de etc. Esta actitud nos lleva a compararnos, a mirar hacia fuera y así olvidarnos de mirar hacia dentro.
Ahora bien, la competencia genera rivalidad, que es precisamente todo lo contrarío a la empatía.
De manera más o menos consciente competimos muchas veces, y
si crees que no, yo te propongo que te observes y seas sincero… Y también te
propongo que distingas dentro de tu ámbito habitual, la cantidad de veces al
día en la que la competencia se pone de manifiesto. Esta tan interiorizado
culturalmente que muchas veces ni siquiera somos conscientes.
Ser empático o sensible no es un don, es una manera de
percibir las cosas y, por tanto, se puede ejercitar.
Para mi la clave de la empatía esta en observar. Cuando
ponemos atención nos damos cuenta cuando alguien se pone nervioso, esta
incómodo, o por el contrario esta a gusto, se siente bien. Las miradas siempre
nos hablan, aprendamos también a escucharlas. Ser conscientes de cómo se siente
la persona que tenemos al lado nos aporta sensibilidad, y el ser sensibles nos ayuda
a comprender, a empatizar. Nos ayuda a identificar el estado emocional del otro.
Y si lo ponemos en práctica?
Por eso te quiero, por tu gran interior
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